No hay dos sin tres Al final, toda la culpa es de los admiradores de Joan Manuel Serrat y Joaquín Sabina. Se les dijo. Se les advirtió. Lo sabían. No pueden alegar ahora que desconocían el riesgo de hacerles el juego a los dos astutos artistas y sus trucos: las canciones, la música, los chistecitos, los bailecitos, los sombreritos… Pero ya es tarde. Lo que empezó en 2007 con un intento de matar dos pájaros de un tiro -ellos dos- recibió tal apoyo popular que el pajaricidio les dio vida y la cosa se volvió peste. De ahí que en 2012 los dos descarados compadres pasaran al contraataque a bordo de la orquesta del Titanic y, siete años después de sobrevivir al naufragio -¡parece increíble cómo pasa el tiempo!-, acaban de anunciar que, como no hay dos sin tres, arremeterán de nuevo en noviembre con una serie de conciertos en Buenos Aires, Montevideo y Santiago de Chile. Se recomienda al respetable público que acoja a Serrat y Sabina con el cariño que merecen.
No hay dos sin tres Al final, toda la culpa es de los admiradores de Joan Manuel Serrat y Joaquín Sabina. Se les dijo. Se les advirtió. Lo sabían. No pueden alegar ahora que desconocían el riesgo de hacerles el juego a los dos astutos artistas y sus trucos: las canciones, la música, los chistecitos, los bailecitos, los sombreritos… Pero ya es tarde. Lo que empezó en 2007 con un intento de matar dos pájaros de un tiro -ellos dos- recibió tal apoyo popular que el pajaricidio les dio vida y la cosa se volvió peste. De ahí que en 2012 los dos descarados compadres pasaran al contraataque a bordo de la orquesta del Titanic y, siete años después de sobrevivir al naufragio -¡parece increíble cómo pasa el tiempo!-, acaban de anunciar que, como no hay dos sin tres, arremeterán de nuevo en noviembre con una serie de conciertos en Buenos Aires, Montevideo y Santiago de Chile. Se recomienda al respetable público que acoja a Serrat y Sabina con el cariño que merecen.
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