Jenny and the Mexicats, cuyo nombre es un guiño a la forma coloquial de llamar a los madrileños (gatos), uniéndola al origen de dos de sus músicos (Mexico), mezclan ritmos de jazz, rockabilly, folk, flamenco, reggae, son veracruzano, country o cumbia... lo que les imprime una personalidad única prácticamente inimitable. Sus temas saltan de uno a otro estilo con una naturalidad en apariencia imposible. Ahora te encuentras en la plaza de Garibaldi, ahora en un tablao flamenco, y de pronto, en una playa de Jamaica. Un viaje musical que nos demuestra que no hay fronteras cuando de música se trata. Tampoco hay etiquetas, ni prejuicios, ni tapujos
Jenny and the Mexicats, cuyo nombre es un guiño a la forma coloquial de llamar a los madrileños (gatos), uniéndola al origen de dos de sus músicos (Mexico), mezclan ritmos de jazz, rockabilly, folk, flamenco, reggae, son veracruzano, country o cumbia... lo que les imprime una personalidad única prácticamente inimitable. Sus temas saltan de uno a otro estilo con una naturalidad en apariencia imposible. Ahora te encuentras en la plaza de Garibaldi, ahora en un tablao flamenco, y de pronto, en una playa de Jamaica. Un viaje musical que nos demuestra que no hay fronteras cuando de música se trata. Tampoco hay etiquetas, ni prejuicios, ni tapujos
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